estudiando el sexo en la biblia, las religiones y en la historia con un ateo feliz

viernes, 8 de enero de 2010

Sexo en la Religión Judia

Quizá lo mejor, antes de sumergirnos en el sexo de la biblia y los católicos, sea mejor darse una vuelta por lo que piensan y hacen en el resto de religiones y culturas. Comencemos con el judaísmo, vetusta fontana de nuestra pedrada histórica y actual.

El judaísmo como religión tiene dos características que le han definido históricamente. Una es su vertiente monoteísta, la otra es la diáspora. Respecto a su monoteísmo, conocido es su carácter originario del resto de religiones monoteístas como el cristianismo o el islam. Hay cierto consenso respecto a su originalidad como la primera religión monoteísta, si bien esto es muy discutido. Por un lado, tenemos a los zoroastristas o algunas corrientes monoteístas anteriores dentro de religiones politeístas, como la protagonizada por Akenatón (400 años antes del presuntamente histórico Rey David y siempre y cuando no resulte ser el mismísimo Moisés, la cual es una de las teorías más genialmente estrafalarias que he oído en mi vida-). Por otro lado parece existir cierto consenso respecto a la idea de Yahveh (o Elohim sean o no el mismo) fue para los judíos primigenios el principal entre el resto de los dioses, lo que excluye que creyeran en un único Dios.

La diáspora, o las múltiples diásporas que ha sufrido el pueblo de Israel a lo largo de su historia, también han contribuido esencialmente a la configuración actual de la fe judía, en dos aspectos contradictorios: por un lado el mantenimiento de unas tradiciones y cultura especificas e increíblemente cohesionadas a lo largo del tiempo y el espacio, y por otro lado la gran variedad de corrientes existentes hoy en día.

La fe judía se basa en el Tanaj, los libros que fundamentalmente componen nuestro Antiguo Testamento (los cristianos añaden algunos libros más). Dentro del Tanaj es fundamental la Toráh (la Doctrina), nombre que dan al Pentateuco, los cinco primeros libros, del Génesis al Deuteronomio. La Toráh es la base absoluta de la fe judía, pues consideran que son los verdaderos libros revelados por Dios. Escritos directamente por Moises, según la inspiración divina (incluso los episodios relativos a su muerte, que Yahveh le habría revelado con anterioridad a la misma), un judío debe seguirlos al pie de la letra, signos de puntuación incluidos. Durante las ceremonias en la sinagoga se leen fragmentos de la Torah directamente de esos pergaminos que tantas veces habréis visto. Equivalente al misal católico, el año se divide y semanalmente todos los judíos en el mundo leen y estudian un mismo fragmento de la Torah.

A diferencia de lo que ocurre con los cristianos, la Torah no solo incluye estos libros, sino la tradición oral interpretativa de los mismos, interpretación de carácter consuetudinario y cerrada. Esta interpretación es la Mishná, recopilada canónicamente y por escrito en el sg II por el Rabino Hasani. Cierra el canon de escritos judíos el Talmud, que son unas interminables interpretaciones y comentarios a la Torah y la Mishna escritos justo después de que el rabino Hasani creara la Mishna, por unos estudiosos judíos conocidos como amoreos. (También se conoce como Talmud a las primeras recopilaciones de la Torah en épocas anteriores como las realizadas durante el destierro babilónico)

El judaísmo presentó en un primer momento un clarísimo carácter centrípeto, enfocado en el Templo de Jerusalén, lugar de residencia del mismísimo Arca de la alianza. Tras la destrucción del mismo y el comienzo de la diáspora, desaparece esa característica centralizadora de la religión judía, pasando a descentralizarse en la sinagoga (como representante de cada comunidad) y el rabino como máxima autoridad religiosa local.
Esta diáspora, principalmente, provoca la creación de numerosas “corrientes” dentro del judaísmo. Hoy día existen cientos de ellas, que resumiremos en tres “ríos” principales

  • Ultraortodoxos y Ortodoxos. Minoritarios, siguen la Torah al pie de la letra, hasta tal punto que muchos grupos son anti sionistas, no reconociendo el actual estado de Israel.
  • Conservadores. Corriente mayoritaria, nacionalista, nacida originariamente en EEUU de la unión entre grupos renovadores y ortodoxos.
  • Reformistas- Una tercera parte, los más “abiertos” al mundo de hoy, feministas y de claro compromiso social, no tan nacionalistas como los conservadores.
Con estos mimbres, es difícil establecer una moral sexual “estándar” para cualquier judío actual. Nos encontramos a grupos que jamás se acercarían a una lesbiana como los ultraortodoxos, junto con comunidades que las casan como las reformistas. Para establecer unas normas generales, nos vamos a basar en la corriente conservadora, que ya dijimos es la mayoritaria actualmente.

Así, una de las cosas que más llaman la atención para nosotros los paganos es la obsesión de la religión judía por los fluidos. A diferencia de los católicos actuales, quizá más obsesionados con los actos o los comportamientos, los judíos tienen especial fijación por el semen o la menstruación femenina.


Por ejemplo, hay consenso en la prohibición de la masturbación masculina, pero no parece haber problema con la masturbación femenina, pues en esta no se “
desperdicia” fluido alguno. Por el contrario, claramente tienen un gran problema con la mujer menstruante, a la cual consideran impura. Son las leyes de la Niddah, donde la tradición impone un periodo de hasta 14 días en la cual no solo se prohíbe cualquier acto sexual con la menstruante, sino que incluso se prohíbe el llegar a tocarla o que incluso la pobre mujer pueda cocinar alimento alguno. Una vez pasado ese periodo de tiempo la mujer debe pasar por una ceremonia de purificación (Mikvah). Las corrientes mayoritarias no llevan la Niddah a tales extremos, pero si hay consenso de la observancia al menos de cierto recato durante esos días, lo que incluye la negación de cualquier acto sexual durante el mismo.

Naturalmente el único objetivo del sexo para un judío es la procreación dentro del matrimonio. Así se prohíben todo tipo de relaciones prematrimoniales o extramatrimoniales. Pero dentro del matrimonio, siempre y cuando el objetivo último sea la procreación (o sea la introducción final del semen en vagina femenina), todo está permitido. Y con todo, nos referimos a actuaciones como el sexo oral, el sexo anal o cualquier variedad de juguetes sexuales (permiso directamente otorgado por el mismísimo
Maimonides en el sg XII). Tal es el nivelazo que en la fórmula habitual de matrimonio judío se especifica que el novio prometa a la novia que “le brindará normas adecuadas de alimento, refugio y gratificación sexual”. Todo esto se explica por la literalidad de la religión judía. Como ningún pasaje de la Torah se refiere a estos comportamientos “desviados” para la mentalidad cristiana, se entienden como permitidos por “silencio administrativo”. Incluso en el Talmud se especifica que si el esposo procura el orgasmo a su esposa “será recompensado con el más caro tesoro: un hijo varón”. Vamos, que si no tiene orgasmo, te sale una de esas para limpiar y cocinar… La religión judía es completamente machista, si bien curiosamente el judaísmo se transmite por madre judía, no por padre. E incluso actualmente, la mujer (especialmente la madre judía) sea probablemente la mayor competencia mundial a la mamma italiana en lo que a dominio y control familiar se refiere.
En las relaciones sociales entre hombres y mujeres, sobre todo en las versiones mas conservadoras, se solicita un distanciamiento completo, llegándo a prohibir que dos personas de distinto sexo se queden a solas, incluso dentro de los servicios litúrgicos de la misma sinagoga. La religión judía tiene un divorcio verdaderamente libre, tan solo los ortodoxos exigen una ceremonia religiosa, el get. Los más ortodoxos, prohiben las relaciones o el matrimonio entre judíos y gentiles, incluso el matrimonio entre rabinos y divorciadas. El adulterio esta fuertemente penalizado.

Respecto a la Poligamia, si bien los textos la permiten, es ampliamente rechazada hoy día. Aun así, la siguen practicando algunas comunidades judías como las sefarditas.

La prostitución naturalmente esta prohibida por la Torah, e incluso se asimila las prostitutas que reciben estipendio por sus servicios con las mujeres que mantienen relaciones prematrimoniales o extramatrimoniales. Pese a esto, siempre han existido prostitutas en las comunidades judias, llegando incluso a convertirse en tópico la excelencia de las mismas (así ocurrió en la España Medieval)

La contraconcepción en la religión judia es una muestra más de la importancia de los fluidos en la misma. Así, se suelen permitir métodos como la pildora (siempre que sea de forma temporal y pensando, o una vez realizada, en la procreación), pero se prohiben otros como el condon (nunca desperdiciar el fluido). Hay clarísimo consenso en la prohibición de todo metodo abortivo o esterilizante. Eso sí, sin llegar a la locura católica, así se recomienda el uso del condon en caso de VIH, pues afectaría claramente a la vida. Hay un claro mandamiento de reproducirse en algún momento de la vida. Así por ejemplo, está totalmente prohibida la abstinencia total y de por vida (como el celibato católico), solo permitiendose la abstinencia temporal, como debe ser el caso de los solteros.

La circuncisión, que entre otras parece tener origen egipcio, es obligatoria desde que una orden divina se la impuso al mismísimo Abraham. Tiene un claro significado religioso, más alla de los sanitarios o higiénicos que posteriormente se le han querido otorgar. Se la conoce como Berit Milá, literálmente "el pacto de la circuncision", y simboliza el pacto por el cual Yahveh prometió a Abraham que su descendencia sería mayor que las estrellas.

De homosexualidad ni hablamos. Al igual que nosotros, cargan con la gran prohibición del levitico, jamás "como un hombre se acuesta con una mujer porque eso es repugnante abominación". Dicha prohibición se expande más allá del sexo anal, llegando a todo tipo de caricia o manifestación. También aclaran la prohibición del lesbianismo o el bestialismo, que suelen presentar muchas veces unidos, no se sabe bien por que. Las corrientes reformistas no solo admiten los homosexuales en sus comunidades sino que incluso en algunas los casan. No obstante, dentro de las comunidades no se discrimina a los homosexuales por el mero hecho de serlo. A diferencia de los católicos, el pensamiento no tiene tanta importancia, lo fundamental es que durante la asistencia a la sinagoga no se produzca ningún tipo de "comportamiento" homosexual.

La transexualidad es aberración para ortodoxos y conservadores, y a la vez es plenamente aceptada en buena parte de las comunidades reformistas. La sociedad judía mantiene niveles bastantes altos de homofobia, son comunes los incidentes durante manifestaciones del orgullo gay o ataques homofóbicos en Jerusalén y buena parte de Israel, si bien la mayor comunidad gay de todo el mediterraneo oriental y Oriente Próximo se encuentra en Tel Aviv, y rabinos homosexuales son admitidos en la mayoria de los sectores progresistas.

Resumiendo, la moral y los comportamientos judios en relación al sexo guardan un enorme parecido a la moral cristiana, resultando en algunos casos más "progesistas" sobre todo en lo referido al divorcio o al sexo dentro del matrimonio. No somos tan diferentes. Y como muestra un botón, no puedo reprimirme en copiaros la respuesta que el rabino Yehuda Ribco, nos da en la página serjudio.com, a la consulta de un pobre chico inmensamente afligido al no poder dejar de masturbarse compulsivamente. Tras felicitarle por su valentía, darle todo tipo de esperanza y explicaciones de porque debe abandonar tan abominable habito, le da y nos entrega a todos, una serie de consejos para superar tan malvada práctica.

"¿Qué hacer para solucionarlo?Realmente, no hay respuestas fáciles, ni curas mágicas.Le daré algunas.

1- Intensifique su estudio de Torá, su dar tzedaká (algo parecido a la caridad islámica), involucrese en realizar buenas acciones desinteresadamente. Estudie particularmente halajá (principales leyes judias)
2-
Haga lo posible para conseguir esposa idónea y compartan mutuamente de acuerdo a lo que corresponde.
3- Consiga el texto del “Tikún klalí”(el libro de los Salmos de nuestra biblia)
y léalo (los salmos 16, 32, 41, 42, 59, 77, 90, 105, 137, 150 en su original hebreo, o en su defecto en traducción judía erudita).
4-
Inicie una terapia con algún especialista en salud emocional que además sea conocedor de Torá y respetuoso de los preceptos. No admita que alegremente el terapeuta le incentive a masturbarse o le quite peso al tema.
5-
Identifique las situaciones, objetos, vestimentas y momentos en (con) los cuales se masturba y evítelos.
6- Haga la Keriat Shemá (oración parecida al credo católico) completa antes de retirarse a dormir.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar."


9 a 1 de enero

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