El judaísmo como religión tiene dos características que le han definido históricamente. Una es su vertiente monoteísta, la otra es la diáspora. Respecto a su monoteísmo, conocido es su

La diáspora, o las múltiples diásporas que ha sufrido el pueblo de Israel a lo largo de su historia, también han contribuido esencialmente a la configuración actual de la fe judía, en dos aspectos contradictorios: por un lado el mantenimiento de unas tradiciones y cultura especificas e increíblemente cohesionadas a lo largo del tiempo y el espacio, y por otro lado la gran variedad de corrientes existentes hoy en día.
La fe judía se basa en el Tanaj, los libros que fundamentalmente componen nuestro Antiguo Testamento (los cristianos añaden algunos libros más). Dentro del Tanaj es fundamental la Toráh (la Doctrina), nombre que dan al Pentateuco, los cinco primeros libros, del Génesis al Deuteronomio. La Toráh es la base absoluta de la fe judía, pues consideran que son los verdaderos libros revelados por Dios. Escritos directamente por Moises, según la inspiración divina (incluso los episodios relativos a su muerte, que Yahveh le habría revelado con anterioridad a la misma), un judío debe seguirlos al pie de la letra, signos de puntuación incluidos. Durante las ceremonias en la sinagoga se leen fragmentos de la Torah directamente de esos pergaminos que tantas veces habréis visto. Equivalente al misal católico, el año se divide y semanalmente todos los judíos en el mundo leen y estudian un mismo fragmento de la Torah.
A diferencia de lo que ocurre con los cristianos, la Torah no solo incluye estos libros, sino la tradición oral interpretativa de los mismos, interpretación de carácter consuetudinario y cerrada. Esta interpretación es la Mishná, recopilada canónicamente y por escrito en el sg II por el Rabino Hasani. Cierra el canon de escritos judíos el Talmud, que son unas interminables interpretaciones y comentarios a la Torah y la Mishna escritos justo después de que

El judaísmo presentó en un primer momento un clarísimo carácter centrípeto, enfocado en el Templo de Jerusalén, lugar de residencia del mismísimo Arca de la alianza. Tras la destrucción del mismo y el comienzo de la diáspora, desaparece esa característica centralizadora de la religión judía, pasando a descentralizarse en la sinagoga (como representante de cada comunidad) y el rabino como máxima autoridad religiosa local.
Esta diáspora, principalmente, provoca la creación de numerosas “corrientes” dentro del judaísmo. Hoy día existen cientos de ellas, que resumiremos en tres “ríos” principales
- Ultraortodoxos y Ortodoxos. Minoritarios, siguen la Torah al pie de la letra, hasta tal punto que muchos grupos son anti sionistas, no reconociendo el actual estado de Israel.
- Conservadores. Corriente mayoritaria, nacionalista, nacida originariamente en EEUU de la unión entre grupos renovadores y ortodoxos.
- Reformistas- Una tercera parte, los más “abiertos” al mundo de hoy, feministas y de claro compromiso social, no tan nacionalistas como los conservadores.
Así, una de las cosas que más llaman la atención para nosotros los paganos es la obsesión de la religión judía por los fluidos. A diferencia de los católicos actuales, quizá más obsesionados con los actos o los comportamientos, los judíos tienen especial fijación por el semen o la menstruación femenina.
Por ejemplo, hay consenso en la prohibición de la masturbación masculina, pero no parece haber problema con la masturbación femenina, pues en esta no se “desperdicia” fluido alguno. Por el contrario, claramente tienen un gran problema con la mujer menstruante, a la cual consideran impura. Son las leyes de la Niddah, donde la tradición impone un periodo de hasta 14 días en la cual no solo se prohíbe cualquier acto sexual con la menstruante, sino que incluso se prohíbe el llegar a tocarla o que incluso la pobre mujer pueda cocinar alimento alguno. Una vez pasado ese periodo de tiempo la mujer debe pasar por una ceremonia de purificación (Mikvah). Las corrientes mayoritarias no llevan la Niddah a tales extremos, pero si hay consenso de la observancia al menos de cierto recato durante esos días, lo que incluye la negación de cualquier acto sexual durante el mismo.
Naturalmente el único objetivo del sexo para un judío es la procreación dentro del matrimonio. Así se prohíben todo tipo de relaciones prematrimoniales o extramatrimoniales. Pero dentro del matrimonio, siempre y cuando el objetivo último sea la procreación (o sea la introducción final del semen en vagina femenina), todo está permitido. Y con todo, nos referimos a actuaciones como el sexo oral, el sexo anal o cualquier variedad de juguetes sexuales (permiso directamente otorgado por el mismísimo Maimonides en el sg XII). Tal es el nivelazo que en la fórmula habitual de matrimonio judío se especifica que el novio prometa a la novia que “le brindará normas adecuadas de alimento, refugio y gratificación sexual”. Todo esto se explica por la literalidad de la religión judía. Como ningún pasaje de la Torah se refiere a estos comportamientos “desviados” para la mentalidad cristiana, se entienden como permitidos por “silencio administrativo”. Incluso en el Talmud se especifica que si el esposo procura

La circuncisión, que entre otras parece tener origen egipcio, es obligatoria desde que una orden divina se la impuso al mismísimo Abraham. Tiene un claro significado religioso, más alla de los sanitarios o higiénicos que posteriormente se le han querido otorgar. Se la conoce como Berit Milá, literálmente "el pacto de la circuncision", y simboliza el pacto por el cual Yahveh prometió a Abraham que su descendencia sería mayor que las estrellas.
De homosexualidad ni hablamos. Al igual que nosotros, cargan con la gran prohibición del levitico, jamás "como un hombre se acuesta con una mujer porque eso es repugnante abominación". Dicha prohibición se expande más allá del sexo anal, llegando a todo tipo de caricia o manifestación. También aclaran la prohibición del lesbianismo o el bestialismo, que suelen presentar muchas veces unidos, no se sabe bien por que. Las corrientes reformistas no solo admiten los homosexuales en sus comunidades sino que incluso en algunas los casan. No obstante, dentro de las comunidades no se discrimina a los homosexuales por el mero hecho de serlo. A diferencia de los católicos, el pensamiento no tiene tanta importancia, lo fundamental es que durante la asistencia a la sinagoga no se produzca ningún tipo de "comportamiento" homosexual.
Resumiendo, la moral y los comportamientos judios en relación al sexo guardan un enorme parecido a la moral cristiana, resultando en algunos casos más "progesistas" sobre todo en lo referido al divorcio o al sexo dentro del matrimonio. No somos tan diferentes. Y como muestra un botón, no puedo reprimirme en copiaros la respuesta que el rabino Yehuda Ribco, nos da en la página serjudio.com, a la consulta de un pobre chico inmensamente afligido al no poder dejar de masturbarse compulsivamente. Tras felicitarle por su valentía, darle todo tipo de esperanza y explicaciones de porque debe abandonar tan abominable habito, le da y nos entrega a todos, una serie de consejos para superar tan malvada práctica.
"¿Qué hacer para solucionarlo?Realmente, no hay respuestas fáciles, ni curas mágicas.Le daré algunas.

1- Intensifique su estudio de Torá, su dar tzedaká (algo parecido a la caridad islámica), involucrese en realizar buenas acciones desinteresadamente. Estudie particularmente halajá (principales leyes judias)
2- Haga lo posible para conseguir esposa idónea y compartan mutuamente de acuerdo a lo que corresponde.
3- Consiga el texto del “Tikún klalí”(el libro de los Salmos de nuestra biblia) y léalo (los salmos 16, 32, 41, 42, 59, 77, 90, 105, 137, 150 en su original hebreo, o en su defecto en traducción judía erudita).
4- Inicie una terapia con algún especialista en salud emocional que además sea conocedor de Torá y respetuoso de los preceptos. No admita que alegremente el terapeuta le incentive a masturbarse o le quite peso al tema.
5- Identifique las situaciones, objetos, vestimentas y momentos en (con) los cuales se masturba y evítelos.
6- Haga la Keriat Shemá (oración parecida al credo católico) completa antes de retirarse a dormir.
Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar."
9 a 1 de enero